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domingo, 16 de abril de 2017

¿Qué debo enseñarle a mi hijo sobre seguridad relacionada a las armas?

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Los padres, los profesionales y muchas otras personas están muy preocupados por el número creciente de niños y adolescentes que perecen a causa de las armas de fuego. Las siguientes estadísticas han sido tomadas del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades y el Centro para la Prevención de Violencia con Armas de Fuego:


  • En el 1998, más de 10 niños y adolescentes, menores de 19 años, murieron diariamente y su muerte se debió a heridas causadas por armas de fuego. Muchos más fueron heridos.
  • En el 1998, al 77% de los jóvenes de 13-19 años los mataron con un arma de fuego.
  • Hoy en día, en aproximadamente el 39% de todas las casas en los Estados Unidos se mantiene un arma de fuego y en el 24% se tiene un arma de mano.
  • Desde el 1993 hasta el 1997, un promedio anual de 1,409 niños y adolescentes se suicidaron con armas de fuego.
  • Las armas de fuego que se mantienen en las casas para protección tienen 22 veces mayor probabilidad de matar a un miembro de la familia o a un amigo que el ser usadas para matar en defensa propia.
No podemos hacer a los niños y adolescentes a prueba de balas. A los niños les gusta jugar y estar activos. Los adolescentes son curiosos e impulsivos. Tales características saludables, cuando se combinan con las armas de fuego, pueden causar la muerte.


La mejor manera de proteger a los niños contra la violencia de las armas de fuego es sacándolas todas de la casa. Si se tienen armas de fuego en la casa, siempre van a haber peligros. Las precauciones siguientes son cruciales para reducir el peligro:


  • Guarde las armas de fuego, sin balas y desamartilladas, en un envase cerrado con llave. Sólo los padres deben de saber dónde se guarda el envase.
  • Guarde las balas por separado de las armas y también bajo llave.
  • Para los revólveres, ponga un candado alrededor de la barra superior para prevenir que pueda cerrarse el cilindro, o use un candado de gatillo; para las pistolas, use un candado de gatillo.
  • Cuando esté limpiando un arma de fuego o la tenga en sus manos por cualquier razón, nunca la deje desatendida ni por un segundo; debe mantenerla a la vista en todo momento.
Aun cuando los padres no posean un arma de fuego, deben siempre preguntarle a otros padres en otros lugares donde van a jugar los hijos, para asegurarse que ellos han tomado todas las medidas de seguridad. En un estudio de disparos accidentales hiriendo a niños menores de 16 años se encontró que un 40% de los disparos ocurrieron en casas de amigos o parientes. Las tragedias ocurrieron con mayor frecuencia cuando los niños no estaban siendo supervisados.


El riesgo de violencia aumenta rápidamente cuando los jóvenes toman bebidas alcohólicas y hay armas de fuego disponibles. En un estudio de suicidio juvenil, las víctimas que se suicidaron con armas de fuego tenían una probabilidad cinco veces mayor de haber estado bebiendo que las que usaron otros medios. En un estudio de muertes asociadas con armas de fuego en la familia, casi el 90% de los atacantes y de las víctimas habían estado tomando bebidas alcohólicas o usando drogas antes de los homicidios.


El niño americano promedio presencia un número creciente de actos de violencia cada día en la televisión, en el cine y mediante los juegos en las computadoras. La mayor parte de éstos involucran armas de fuego. Los niños a menudo imitan lo que ven y se vuelven más agresivos después de ver mucha violencia en la televisión, en el cine, y/o en juegos violentos de videos en la computadora o en las galerías de juegos. Los padres deben de ayudar a proteger a sus niños de los efectos de la violencia en los medios. Por ejemplo, ellos pueden ver programas en la televisión, películas y videos junto a los hijos, racionar la televisión, y expresar su desaprobación frente a los niños cuando vean episodios violentos diciendo que ésa no es la mejor forma de resolver los conflictos.


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Los niños y los adolescentes con problemas emocionales o del comportamiento corren un mayor riesgo de usar armas de fuego contra otros o contra sí mismos. Los padres que se preocupan porque su hijo es demasiado agresivo o tiene un desorden emocional pueden desear conseguir una evaluación por un siquiatra de niños y adolescentes o por otro profesional de la salud mental titulado.


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¿Qué debo enseñarle a mi hijo sobre seguridad relacionada a las armas?

Incluso si no posee un arma, es probable que alguien que conozca tenga una. En los Estados Unidos, alrededor de un tercio de las familias con hijos menores de 12 años de edad tienen un arma en casa. Antes de que su hijo visite la casa de un amigo, familiar o un cuidador, pregúnteles a los adultos de la casa si hay armas en la residencia. De ser así, pregúnteles si el arma está descargada y guardada correctamente. Esta puede parecer una conversación incómoda, pero es importante poner la seguridad de su hijo por delante.
Hable frecuentemente con sus hijos sobre qué hacer si se encuentran un arma, sin importar si están seguros de si es real o un juguete. Enséñeles a recordar estas palabras y acciones si ven un arma:
  • ¡Detente!
  • ¡No la toques!
  • ¡Aléjate!
  • ¡Infórmale a un adulto!
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Asegúrese de que sus hijos sepan que es muy importante abandonar el área en la que se encuentra el arma de manera que no puedan ser heridos accidentalmente por alguien más.

¿Qué debo hacer para proteger a mi familia de lesiones si poseo un arma?

Los niños son curiosos por naturaleza, y les gusta explorar. Si hay un arma en su casa, no será suficiente solo esconderla. Manténgala descargada y guardada correctamente. Las balas deben guardarse bajo llave en una ubicación separada. Asegúrese de que las llaves solo estén disponibles para adultos responsables. El arma y las balas deben almacenarse fuera del alcance de sus hijos y sus amigos. Además, mantenga el arma y las balas alejadas de familiares que estén deprimidos, que sean abusivos, que abusen de las drogas (incluyendo el alcohol) o que tengan el mal de Alzheimer. Cuando esté manejando o limpiando un arma nunca la deja desatendida.

¿Qué hay de las armas de juguete y las armas en videojuegos, programas de televisión o películas?

Los niños que juegan videojuegos o ven programas de televisión y películas violentas pueden tener problemas para entender que la violencia en la vida real en verdad lastima a la gente. Algunos padres elijen no permitir a sus hijos ver programas de televisión violentos, jugar videojuegos que involucran a un jugador lastimando a otro o jugar con juguetes que representan armas.
Más allá de si toma o no esta decisión particular, es importante hablar con sus hijos sobre la diferencia entre la violencia real y la violencia en televisión y en juegos y películas. Recuerde que incluso si usted no permite a sus hijos tener armas de juguete, sus amigos podrían tenerlas. Explíqueles a sus hijos que en la vida real, las armas pueden matar a la gente.
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Las armas y los suicidios entre adolescentes

Estudios muestran que en el 40% de los suicidios de adolescentes se utilizan armas. Tener un arma en casa incrementa el riesgo de suicidio de un adolescente. Los adolescentes que están enojados o deprimidos son más propensos a hacerse daño o matarse si tienen fácil acceso a un arma. Además, lo adolescentes a menudo actúan sin pensar primero. Es preferible no tener un arma en casa si alguien que reside ahí padece de depresión, tiene problemas o tiene pensamientos suicidas.
Fuente:https://www.aacap.org/AACAP/Families_and_Youth/Facts_for_Families/Facts_for_Families_Pages/Spanish/Los_Ninos_y_las_Armas_de_Fuego_37.aspx

viernes, 7 de abril de 2017

Un tema difícil : Hijos: ¿A qué edad hay que empezar a hablarles de sexo?

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Ni de Internet, ni de la escuela, ni de los amigos: la educación sexual de los chicos es responsabilidad de sus padres. Por eso es tan importante romper el hielo y cuanto antes lo hagamos, mejor.

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Hablar con nuestros hijos sobre su salud sexual y reproductiva es, en una palabra, fundamental. Estar bien informados los ayuda a tomar buenas decisiones, a prevenir la transmisión de enfermedades y a evitar embarazos no deseados. ¿Sabías que el 15,6 por ciento de los nacimientos que se producen en la Argentina corresponden a menores de 20 años? Así lo demuestran las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación.
Ante semejante panorama, nuestro rol debe ser activo. "Si bien la escuela, sus amigos e Internet pueden ofrecer acercamientos a esta temática, la educación sexual de los hijos es responsabilidad de sus padres", lanza Dina Laufer, psicóloga clínica y especialista en familia. Desde Entremujeres nos sumergimos a fondo en la problemática y compartimos con ella nuestras inquietudes.

¿Por qué es tan difícil para los padres hablar de sexo con sus hijos?
A muchos padres les incomoda hablar con sus hijos sobre sexualidad porque sienten que se relaciona con su propia intimidad. Para otros, hablar de esto les provoca mucha vergüenza, o no saben cómo empezar. Y otros no hablan del tema porque dicen: "¡Hoy los chicos ya saben todo por Internet!" Otros creen que con lo que les explican en la escuela alcanza y, por último, están los que consideran que a ellos nadie les explico nada del sexo y que tuvieron que aprenderlo todo solos. En todas estas posturas las familias están cediendo un espacio a los otros sin poder ajustar la información a los valores, las creencias y las expectativas que cada familia tiene.

¿Los chicos están más avanzados sexualmente de lo que sus padres creen? Muchos adultos ven a sus hijos como "bebés" y, cuando se dan cuenta de que no lo son, se sorprenden. ¿Por qué pasa y cómo evitarlo?
Hoy son muchos los estímulos que los chicos reciben del exterior con respecto a esta temática y parecería ser que los padres aún ven que son chicos o que todavía eso no se les cruza por la cabeza. Generar espacios de diálogo con los hijos va a ayudar a que en el momento que decidan tener sus primeros encuentros sexuales los puedan hacer desde un lugar de responsabilidad, elección y prevención. Y algo para remarcar:  el hecho de hablar de sexo con los hijos no adelanta el inicio de la actividad sexual.

Hablando de eso... ¿A qué edad suelen tener los chicos su primera vez?
Los datos que arrojan diversas encuestas que se han realizado en Argentina promedian una edad de inicio de la sexualidad a los 14 años.

¿Cuál es el momento para empezar a hablarles de sexo? ¿Está relacionado con la primera vez o debe ser antes?
Desde que nacen estamos hablando de sexualidad. De acuerdo a su momento evolutivo, y a las preguntas que el niño se haga, es la información que los padres les vamos a ir transmitiendo. Es importante tener en cuenta que los chicos aprenden y se informan no solo de lo que les decimos, sino de lo que ven que hacemos. Escucharlos a ellos, a sus amigos, en que está su cabeza va a ser el mejor indicador para saber qué y cómo hablar con ellos.

¿Qué tipo de información deberíamos darles en cada etapa de su crecimiento?
A partir de que el niño tiene lenguaje, podemos comenzar a hablarle de sexo.
A los 3 años vamos a hablar de sus genitales, que nadie se los tiene por qué tocar, que son una parte de su cuerpo que solamente le corresponde a él. Se le puede hacer diferencias con otras partes del cuerpo, que las usamos muchas veces con otros, por ejemplo: los brazos para abrazar al otro. Los genitales no se comparten con nadie durante la infancia.
A los 8 años le podemos hablar del cuidado del propio cuerpo y de preservar su intimidad. Por ejemplo, cuando se termina de bañar no tiene que pasearse desnudo por la casa.
A los 11 años se empieza a anticipar cómo es el desarrollo y la aparición de las primeras vellosidades. A los varones se les puede hablar sobre las poluciones nocturnas. A las nenas, sobre la menarca y qué significa la menstruación en la mujer:  es mejor hablarles antes de que llegue el momento, porque las prepara para vivirlo de una manera lo más natural posible, sin por esto restarle la importancia que la situación conlleva.
A los 14, tanto en nenas como en varones, se empieza a hablar del encuentro sexual con el otro, se busca favorecer espacios de diálogo donde se escucha al otro, y no meros espacios de información. Se da información de los métodos anticonceptivos y su importancia, las enfermedades de transmisión sexual, y la necesidad de uso de preservativo.

¿Hay alguna edad en la que tengamos que encarar a nuestro hijo y hablarle del tema, aunque él nunca haya preguntado sobre eso?
Es raro que un chico nunca haya hablado del tema. Es muy habitual que los chicos pregunten a los 5 ó 6 años: "¿de dónde vine yo?", "¿cómo salí de la panza?", "¿cómo me hicieron?". Son enigmas que los chicos tienen, y ese es un buen momento para abordar el tema.

¿Qué temas deben incluirse (sí o sí) en una primera charla?
Los temas que debemos tener en cuenta son:
* Ayudar a generar una actitud responsable.
* Elegir con quién, cómo, dónde.
* Uso de métodos anticonceptivos.
* Prevención de enfermedades de transmisión sexual.
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Más recomendaciones
* Aprovechar los momentos. No existe el momento perfecto, ni hay que esperar una larga conversación sobre el sexo. Los mejores consejos se dan cuando surge el tema espontáneamente, a raíz de una escena en una película o conversando sobre la nueva relación de pareja de alguno de sus amigos.
* No obligarlos. Es importante no forzarlos a hablar de sexo cuando no quieren o cuando aún no están preparados para esto. Hablar de sexo como un catedrático puede que resulte muy lejano a las inquietudes de los chicos. A veces es mejor, cuando se habla de propias experiencias, miedos, sin necesidad de hablar de la sexualidad de los padres ni contándoles cuestiones íntimas.
* Hablar, escuchar y respetar. Son verbos que se necesitan para generar un diálogo en el que participan ambas partes. Darle un sermón a los hijos no suele ser lo más recomendable y mucho menos amenazarlos con graves castigos si tienen relaciones antes de tiempo o con quien uno no quiere. Esto solo romperá la confianza, condimento indispensable en esta etapa.
* Respetar sus opiniones y decisiones. Debemos estar preparados para escuchar lo que nuestros hijos nos quieren decir. Esto no implica como padres estar de acuerdo en todo lo que los hijos elijan o hagan (incluso, se puede estar en total desacuerdo). Está bien que se lo hagamos saber, siempre con respeto y sin desvalorizar sus propias elecciones.
* No esquivar el tema. El hablar sobre el sexo con los hijos puede abrir nuevos espacios de diálogo, donde este tema sea importante pero no más que otros, como ser sus intereses, motivaciones, inserción laboral, estudios posteriores a la finalización del secundario, etc.
* Desterrar nuestras antiguas creencias. Años atrás difería mucho la información sobre el inicio sexual que recibían los varones y las mujeres (por ejemplo: a los hombres se los incentivaba a tener sexo, a los mujeres se les pedía mantener la virginidad). Hoy basta que ambos tengan ganas de tener un encuentro sexual para que este exista. Ya no está asociado a que tenga que haber ni una relación de pareja, ni mucho menos un vínculo de amor, o de compromiso. En síntesis: actualmente existe una actitud mucho más liberal respecto al sexo.

Fuente: https://www.clarin.com/hijos/hablar-sexo-hijos-chicos-ninos-edad-cuando-como-padres-madre_0_B178w5KDQg.html

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