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lunes, 10 de abril de 2017

Conocéte a ti mismo (diferencias entre ego y Ser)

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“Conocerte a ti mismo” significa realmente ir más allá de la falsa identidad o ego y recordar quién eres en verdad. Entonces pones fin a todo miedo o duda y puedes asegurar:

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YO SOY el camino, la verdad y la vida
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Para declarar esta bella sentencia sin auto-engaños, debemos estar seguros que la vivenciamos desde nuestro Ser (o Cristo Interior) y no que algún reducto del ego es quien se atreve a pronunciarla. 
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Para ello, veamos algunas diferencias entre la consciencia del ego (o “yo”) y la de nuestro Ser Interior:
  1. En el Ser no pretendemos nada; nos domina una paz profunda o ausencia de cualquier tipo de deseo o inquietud.
    El ego nunca está conforme con lo que es, tal como es. Es dominado por sus deseos visibles u ocultos hasta para si mismo.
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  2. En el Ser estamos alegres en toda circunstancia, incluso si es dolorosa.
    El ego sufre por todo… incluso porque sufre.
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  3. En el Ser sentimos profunda gratitud continua por todo, sin necesidad que medien motivos.
    El ego puede agradecer externamente por educación o conveniencia, pero no lo siente en lo hondo.
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  4. El ego actúa (o deja de actuar) de acuerdo a lo que ha aprendido del ejemplo de los demás, de las costumbres, ritos, hábitos, estudios académicos o empíricos, creencias, etc. Planifica
    En el Ser simplemente actuamos espontáneamente ante cada circunstancia que se presenta.
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  5. El ego es impulsivo y reactivo por lo que está sujeto al ciclo maniaco-depresivo:  tensión o estrés->cansancio o extenuación->depresión->impulso o reacción->estrés…
    En el ser actuamos muy activamente cuando es necesario, manteniendo una profunda relajación (o tensión según se requiera), pero no hay reacciones impulsivas que provoquen el ciclo mencionado.
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  6. El ego aparenta tranquilidad cuando “así conviene”, pero hay zozobra interior.En el Ser estamos realmente serenos… siempre (aunque estemos en medio de una actividad vertiginosa).
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  7. El ego requiere motivación o busca beneficios para actuar.
    En el Ser no buscamos ni necesitamos motivos para actuar o dejar de hacerlo.
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  8. En el Ser vivimos de momento en momento, conscientes del instante eterno que es Ahora. Nos ocupamos en vez de preocuparnos. Utilizamos el pensamiento sólo cuando realmente se requiere (muy poco ya que la mayor de las veces practicamos la forma más elevada de pensar: NO-pensar).
    El ego sueña en el tiempo, clasifica todo suceso en pasado, presente y futuro. Hay resentimiento o nostalgia (por el pasado) y preocupación (por el futuro), lo que genera un diálogo mental continuo, desgastante, compulsivo, obsesivo e involuntario.
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  9. En el Ser nos sentimos completos. Ya estamos realizados; no hay nada que lograr para ser.
    El ego necesita completarse, siente que si obtiene esto o aquello estará mejor o se sentirá realizado.
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  10. El ego vive aparentando, incluso auto-engañándose hasta caer en la mitomanía.
    En el Ser no hay necesidad de aparentar nada ante nadie y mucho menos ante uno mismo.
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  11. De hecho, en el Ser nos sabemos y sentimos como parte del Todo, la UNIDAD no es una idea sino una vivencia continúa y muy real. Desaparece toda idea de un “yo” y por lo tanto no hay “tú”. Tampoco hay noción de “nosotros y ellos”. Todos somos un sólo Ser, experimentando la consciencia a través de  formas diferentes.
    Ego significa “yo” y por lo tanto existe algo que “no soy yo”, de quien debo sacar provecho o protegerme para que no saque provecho de mi. O bien si “yo soy bueno”, entonces: “ese otro” es alguien a quien debo ayudar o proteger.
  12. El ego puede ser muy bueno… o muy malo… consigo mismo o con “los demás”.
    En el Ser los conceptos de bien y mal carecen de significado.
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  13. En su intento por mejorar la vida, el ego genera fricción y desgaste consigo mismo y “los demás”. Esto es causa de enfermedades, la vejez y la muerte.
    Cuando nos ubicamos en la consciencia de sólo Ser, todo es perfecto tal como es. Fluimos con el ritmo natural de al vida libre en su movimiento.
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  14. Todo es novedoso para nuestro Ser, hasta la tareas rutinarias repetidas por años y años.
    El ego termina aburriéndose con todo, hasta con lo que más adoraba o deseaba antes.
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  15. El Ser comprende al Ser y al ego. No juzga nada, es sensible y atento con su forma individual y con el resto de las formas que componen el Todo que se le presentan.
    El ego no se comprende ni a sí mismo. Se juzga, se condena, se castiga y también a “los demás”. Es insensible e inatento (porque la atención se consume en estar siempre esperando algo que no está aquí ni ahora).
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  16. Miedo, ira, tristeza son padecimientos emocionales del ego. Y en su infructuoso intento por evitarlos condiciona sus relaciones con “los demás” y hasta consigo mismo.
    Cuando en realidad ya somos amor, paz y alegría. Sólo hay que darnos cuenta de ello para permitirnos dar y recibir Amor Incondicional sin ningún esfuerzo.
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  17. Pérdidas y ganancias pertenecen al mundo psicológico del ego. La ley de acción y consecuencia (karma) rige los quehaceres del ego en el tiempo.
    Al simplemente Ser, nada hay qué perder o ganar, nuestra experiencia ya es un triunfo continuo como sea que venga (nos guía el Dharma). Fuera del tiempo (en el Ser) toda acción es comprendida y ejecutada instantáneamente como no-acción o no-hacer.
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  18. La intuición o corazonadas (también llamadas “la voz del silencio” porque no hay pensamientos) nos rigen permanentemente cuando simplemente somos. Así nunca hay error, sólo certezas.
    La razón o lógica es casi la única herramienta que conoce y utiliza el ego, sumergiéndose en el tremendo batallar de las antítesis y confusión. De ahí al error casi continuo. Y cuando llega a hacer uso de la intuición lo hace para sus fines egoístas, por lo que al final falla también.
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  19. La consciencia está despierta en el Ser. La atención plena (la aceptación de lo que es tal como es)  es natural cuando simplemente somos sin pretender o desear nada. Estamos plenamente presentes.
    Y profundamente dormida en el ego, es decir: cuando deseamos esto o aquello, cuando no aceptamos lo que es, tal como es y pretendemos que sea diferente. Estamos completamente ausentes.
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  20. Al no existir deseo, comprendemos nuestra inherente Libertad y Responsabilidad al simplemente Ser.El ego no puede ser libre ni responsable en medio de sus deseos continuos de protección, que lo hacen insensible ante sí mismo y ante “los demás”.
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  21. Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera, como es Dios yo soy. Todo tiene su dualidad u opuesto complementario: luz-oscuridad, frío-caliente, bien-mal, masculino-femenino, Ying-Yang, El todo y la nada. El ego y el Ser.
    ¿Arriba y abajo? ¿Dentro y fuera? ¿Dios y “yo”?. Hay un sólo Ser sin fronteras ni límites. Es Todo y Nada a la vez. Los opuestos existen y a la vez no (por ej.: No hay ego y Ser sino sólo una transformación de la Consciencia -y la percepción- en un sentido u otro). La división entre lo relativo y lo absoluto es la última ilusión que se funde en la (to)Talidad.
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Gracioso es hacer una lista como esta, pues sólo es necesaria para que el ego reconozca y acepte las limitaciones de su falsa identidad. Para que acepte renunciar a sí mismo y permitir así que despierte la consciencia del Ser.
Sólo se requiere para que la falsa idea de sí mismo se transforme en el real recuerdo de sí (de Ser), es decir: para auto-reconocernos como lo que realmente somos. Y es que una vez que hemos despertado, la lista es innecesaria.

Fuente:https://4aguila.wordpress.com/2012/08/30/conocete-a-ti-mismo-diferencias-entre-ego-y-ser/

jueves, 30 de marzo de 2017

6 pautas para motivar a los niños a la lectura

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Conseguir que un niño o adolescente lea por iniciativa propia es uno de los retos más difíciles que tenemos los adultos lectores. Pero también es el objetivo más importante y del que mayor satisfacción podemos lograr. Hay que demostrar que la lectura es una experiencia placentera, aunque a muchos niños les pueda parecer un esfuerzo. Un buen lector es capaz de comprender el sentido profundo del texto y, lo que nos ocupa en este post, de elegir sus próximas lecturas siguiendo su propio criterio y de leerlas porque tiene ganas de hacerlo. ¿Cómo llegar con nuestros hijos a ese punto en el que la lectura es motivadora?
En un primer momento, podemos buscar la motivación extrínseca; por ejemplo, animándolo de palabra a que lea, haciendo una lista con los libros finalizados, etcétera. Pero el objetivo es llegar a la motivación intrínseca dándole a conocer libros sobre sus propios intereses para que así disfrute de la lectura. Para acertar a la hora de recomendar un libro a un niño, hay que tener en cuenta su nivel de competencia lectora, sin dejar de explorar niveles ligeramente superiores para proponerle retos asumibles.
Las pautas más sencillas para introducir a los niños en la lectura son las siguientes:
  1. Leer nosotros mismos: los niños, especialmente los más pequeños, aprenden por imitación y, si no ven leer a los adultos, es muy difícil que adquieran el hábito. Da igual si leemos el periódico, novelas o si les leemos a ellos en voz alta. Y cualquier momento es bueno, en la sala de espera del médico, antes de acostarlos… Es especialmente positivo fijar momentos diarios de lectura conjunta.
  2. Si optamos por leer a nuestros hijos, se recomienda jugar con las voces, las entonaciones y el énfasis en los diálogos para caracterizar a los personajes. Dar vida al cuento. Así estaremos creando recuerdos memorables en la mente de nuestros hijos.
  3. Dejar que los niños elijan sus propios libros y, si los hemos leído nosotros, comentárselo. Si ellos son los que deciden, seleccionarán libros que, a priori, les interesan más y les será más fácil leer, porque los propios contenidos pueden ser motivadores.
  4. Visitar librerías y bibliotecas, y participar en actividades de animación a la lectura. 
  5. Asociar la lectura con momentos positivos: regalar libros en cumpleaños, Navidades y otras ocasiones especiales predispone a asociar la lectura con momentos felices de la infancia.
  6. Felicitar por los logros: cuando es el niño quien lee, hay que hacer que sea consciente de sus avances y felicitarlo por ellos. «Ya no tropiezas en las comas; muy bien» o «Ahora lees más rápido» son frases concretas y motivadoras que le demuestran su propia capacidad de aprender.
A un lector se le abre todo un mundo de experiencias por las que moverse y con las que disfrutar en función de lo que le guste o le apetezca en cada momento. Para que algo nos guste es necesario que previamente lo conozcamos, y ese conocimiento implica un esfuerzo inicial: por ejemplo, al leer los primeros libros o tocar las primeras escalas en un instrumento. Precisamente cuantos más libros conocemos o más hemos practicado con ese instrumento, más nos deleitamos, porque ese conocimiento nos ayuda a disfrutar aún más de lo que nos gusta.
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Fuente:http://www.kumon.es/blog/6-pautas-para-motivar-a-los-ninos-a-la-lectura/

Los cuatro mejores consejos para conseguir la plena confianza de los demás

Foto: Lograr que la gente confíe en ti, te abrirá muchas puertas. (Corbis)

Gozar de buenas relaciones es útil en cualquier ámbito. Desde el mundo laboral al sentimental la honestidad es clave para ser respetado y reconocido.


“Amistad con muchos, confianza con pocos”. Este tradicional refrán español sirve para ejemplificar lo necesarias que son las relaciones, pero lo complicado que puede llegar a ser que alguien se gane tu confianza.
Pese a que otro conocido dicho recite “donde hay confianza de asco”. La realidad es que la gente tenga fe en ti es algo satisfactorio, gratificante e incluso bastante útil de cara al futuro. Este es un aspecto que despierta gran interés y es básico de todas las relaciones personales, profesionales o sentimentales.
Son muy notables las posibilidades que internet nos brinda para dialogar y mostrar nuestros pensamientos y opiniones. Un buen ejemplo de ello es como la confianza se ha convertido en tema de debate en la plataforma colaborativa de preguntas y respuestas Quora. La mayoría de respuestas repiten una misma palabra: honestidad.
El lenguaje no verbal también influye a la hora de ganarse la confianza del resto.
  • Mantener el contacto visual: en muchas ocasiones infravaloramos la importancia del lenguaje no verbal. Mirar a los ojos es sinónimo de no tener nada que ocultar, mientras que no hacerlo es el mayor símbolo de desconfianza.
  • Sé vulnerable (a veces): al igual que el refrán “hombre sin vicios no es de fiar”, este consejo se centra en mostrar rasgos de humanidad. Una persona no es permanentemente perfecta ni debe mantener siempre la compostura.
  • Flexibilidad y paciencia: presionando a la gente se sigue un camino contrario al de la confianza. Cuando se valora más un esfuerzo que un resultado, el resto valorará más tu comportamiento, ganarás su confianza y tendrás más posibilidades de poder conseguir lo que quieres.
Desde un punto de vista más profesional, el conocido agente literario, experto en marketing y escritor Michael S. Hyatt reconoce lo difícil que es conseguir la confianza de alguien. Es un camino complicado que se va labrando poco a poco y en el que un resbalón puede imposibilitar la puesta en marcha de nuevo.
Por estos motivos, propone en su blog los cuatro consejos que considera indispensables para lograr este objetivo.
1. Mantener la palabra
Cuando se hace una promesa es para cumplirla, sino no la hagas. No valen las excusas, la gente ha de saber que cuando se dice algo, va a cumplirse. Este asunto va desde aspectos más trascendentales, como un proyecto a largo plazo, a asuntos tan livianos como quedar a una determinada hora por una reunión.
Obviamente, la notoriedad es muy diferente entre uno y otro. En aspectos e menos importancia como la puntualidad, se permite el fallo, pero nunca caer en él como costumbre. Lo mejor que puede hacerse es pedir perdón y explicar brevemente la razón del retraso.
2. Decir la verdad
A todos nos gusta demostrar al exterior que somos sinceros, pero también hemos de serlo interiormente. Cuando las cosas van bien es muy sencillo, pero cuando algo se tuerce también hemos de asumir la realidad y contarla, aunque pueda resultar difícil o embarazoso. Hemos de darnos cuenta de que la perfección no existe y todos podemos cometer errores.
El truco que propone Hyatt a la hora de informar de una decisión a alguien consiste en contar siempre lo bueno, lo feo y lo malo.
3. Ser transparente
La mejor forma de parecer claro y transparente es… serlo. La manipulación a corto plazo puede ser beneficiosa, pero con el paso del tiempo acaba por pasar factura. En cambio, la autenticidad (con sus cosas buenas y malas) genera mucha más confianza porque no dará lugar a dobles lecturas o interpretaciones.
Confiar en alguien y decírselo es la mejor forma de crear un vínculo y que la otra persona también lo haga en ti. Cuando hay máscaras de por medio, nunca se verá realmente lo que hay detrás.
4. Dar sin condiciones
El chantaje o los condicionantes pueden servir para lograr determinados propósitos, pero ganarse la confianza de alguien nunca será uno de ellos. En cambio, compartir ideas, sentimientos o conocimientos permitirá que el resto de personas te valoren y te tengan muy en cuenta.
Cuando tú das será más sencillo recibir, pero nunca teniendo en mente que así se obtendrá algo a cambio.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-09-08/los-cuatro-mejores-consejos-para-conseguir-la-plena-confianza-de-los-demas_185004/

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