jueves, 6 de abril de 2017

5 consecuencias de comer en exceso comida chatarra

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La comida chatarra se caracteriza por brindar un sabor incomparable para el paladar, lo que hace desear cada vez más su consumo.

Sin embargo, este tipo de alimentos, carentes vitaminas y nutrimentos, favorece al desarrollo de enfermedades, las cuales ponen en riesgo la vida de las personas que la consumen. Descúbrelo.

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Secuelas para tu salud


El alto contenido en azúcares, calorías, saborizantes, y grasas que contiene la comida chatarra, repercuten en tu salud, por ello te compartimos cinco consecuencia por comer en exceso comida chatarra.

1. Problemas psicológicos. El consumo de azúcares, saborizantes y grasas pueden detonar padecimientos como déficit de atención, ansiedad, individualismo, falta de comunicación y frustración en los niños.

De acuerdo con la Organización el Poder del Consumidor, los niños que ingieren comida rápida han manifestado mayor inestabilidad emocional y cambios en su psicología.

2. Envejecimiento prematuro. La directora del  Gold’s Gym,  afirma que el consumo de comida chatarra corresponde a una de las principales causas de envejecimiento prematuro, debido a que tu dermis no se oxigena correctamente por la saturación de grasas y sabores artificiales.

3. Adicción.  El Instituto de Investigación Scripps en Florida estableció que consumir en grandes cantidades comida chatarra estimula el “centro de placer del cerebro”, lo que genera comportamientos compulsivos y efectos en el cerebro como los causados por el consumo de drogas.

4. Muerte. Investigadores de la School of Public Health encontraron que las personas que consumen comida chatarra, incluso una vez a la semana, aumenta 20% el  riesgo de morir por enfermedades coronarias

5. Tristeza extrema.  Una investigación The Public Hearth Nutrition, señala  que las personas que tienen como hábito consumir comida chatarra tienen  51%  más probabilidades de desarrollar  depresión.

¿Pero, por qué comer chatarra es tan común? De acuerdo a la encuesta  “México: Hábitos alimenticios y comida chatarra”, de Consulta Mitofsky, 48% de los mexicanos considera que comer sanamente cuesta caro. 

Una alimentación saludable te ayuda a evitar el desarrollo de enfermedades, lo que puede salir más caro. Cuida tu salud y evita el consumo de comida chatarra.

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Fuente: http://www.salud180.com/5-consecuencias-de-comer-en-exceso-comida-chatarra

miércoles, 5 de abril de 2017

7 señales de un buen empleado que será mal jefe

7 señales de un buen empleado que será mal jefe ______________________________________________
Antes de ascender a ese trabajador "estrella", revisa que tenga las cualidades para ser líder.
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Decidir si se debe promover un empleado a un puesto gerencial es una decisión que deben enfrentar muchos emprendedores.  No todo empleado nació para ser líder. Pon atención a las características del candidato potencial antes de ofrecerle un ascenso, en lugar de solamente ver que tan bien se ha desarrollado el individuo en tu negocio.
Aquí hay 7 señales de peligro que muestran que tal vez un buen colaborador no será un gran jefe.
1. Nunca pide ayuda 
Cuando un empleado eficiente no pide ayuda puede parecer muy talentoso y proactivo. Aunque es genial tener colaboradores de este tipo, no necesariamente se traducen en buenos managers. Un estudio de 2007 del Institute for Corporate Productivity encontró que 46% de las compañías encuestadas dudaban de las capacidades de este tipo de individuos para delegar tareas.
Los buenos jefes saben encargar labores a sus subordinados y piden retroalimentación de su equipo. Si un empleado jamás le pide ayuda a sus compañeros, puede ser una señal de que no se acercará a los demás una vez que sea promovido.
2. Ignora los problemas de sus compañeros
Empleados que dan “el extra” en sus proyectos, pero que evitan ayudar a los demás, no sirven para ser managers.
Un análisis de Gaqllup descubrió que 57% de los empleados que se sienten ignorados por sus jefes, no se comprometen con sus labores. Los buenos jefes están dispuestos a ayudar a sus empleados cuando lo necesitan y no ignoran los obstáculos de sus equipos.
3. Le echan la culpa a los demás 
Cuando algo va mal en un proyecto, ¿el empleado se sacude la responsabilidad?
Los buenos managers se saben responsables cuando surge un problema y son los primeros en reaccionar para tratar de resolver las cosas.
Un empleado que es promovido debe demostrar integridad. De acuerdo con una encuesta de TellYourBoss.com, el 20% de los empleados asegura que su jefe carece de esta característica.
4. Le falta pasión 
Antes de ascender a un empleado, fíjate en su nivel de pasión. Los buenos jefes inspiran a sus equipos. Según un estudio de LeadershipIQ, las personas que interactúan con sus jefes al menos 6 horas a la semana, están 29% más inspirados que aquellos que solo conviven una hora o menos.  
5. No se fija en las metas a largo plazo 
Muchos empleadores tienen trabajadores rockstar que cumplen con los objetivos semanales y exceden las expectativas. Pero solo porque un empleado es bueno logrando las metas de corto plazo, no significa que entiendan que lo urgente no siempre debe ser atendido antes que lo importante.
Los buenos jefes ven el panorama completo. Saben crear objetivos de corto alcance con los que sus equipos se acercan a las metas generales.
6. No les interesa seguir aprendiendo 
Aunque no hay empleado que sepa TODO sobre su trabajo, tener la iniciativa de aprender todo lo posible es muy importante. Si un colaborador no demuestra esta “hambre”, tal vez no sea el mejor candidato para el puesto.
Pon atención a aquellos empleados que buscan mejoras sus capacidades. Los buenos candidatos para puestos gerenciales tienen iniciativa que buscan que su desarrollo personal / profesional sea una prioridad.
7. Se van justo a las 5 p. m. 
Los empleados que tienen prisa por salir de la oficina justo a la hora de salida (o incluso antes) todos y cada uno de los días, tal vez no es el mejor candidato para el puesto gerencial. Aunque no es absolutamente necesario trabajar tarde todos los días, hacerlo cuando se necesita es crucial.
Los buenos candidatos para puestos gerenciales están dispuestos a invertir tiempo para lograr las metas de trabajo y ayudar cuando se necesite.

5 maneras fáciles de mitigar la sobrecarga de trabajo en tus empleados
Fuente:https://www.entrepreneur.com/article/269313

martes, 4 de abril de 2017

7 cosas "deprimentes" que pasan en tu cuerpo si no te ejercitas

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La mayoría de los especialistas te recomiendan la práctica de alguna actividad física para mantenerte en forma y con un peso saludable, pero te has preguntado, ¿qué pasa en tu cuerpo cuando no haces ejercicio?

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Lancet, 10 muertes prematuras a nivel mundial son ocasionadas por el sedentarismo o la falta de ejercicio.



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En EU, 250 mil muertes anuales son causadas por la falta de ejercicio, destaca la American Heart Association.

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¡Actívate y evita estas cosas deprimentes en tu cuerpo!


  1. Altera tu presión arterial. Cuando no haces ejercicio quemas menos calorías, por lo que se acumula la grasa corporal, aumentas de peso y tienes un mayor riesgo de padecer hipertensión.
  2. Daña tus articulaciones. La falta de movimiento en tu cuerpo genera exceso de peso y entumecimiento, por lo que se genera una tensión en las articulaciones.
  3. Debilidad ósea. Permanecer sentado o acostado todo el día debilita tu cuerpo, fomenta la flacidez en músculos y es más fácil que presentes atrofia muscular. También pierdes densidad en tus huesos, ocasionando osteoporosis, según la Arthritis Foundation.
  4. Disminuye tu resistencia. Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, cuando caminas o corres es normal que te falte el aire y la energía.
  5. Dañas tu autoestima. La falta de ejercicio te hace subir de peso, lo cual te lleva al aislamiento social y a los malos hábitos alimenticios.  Además, no produces endorfinas y tu estado de ánimo será triste y te sientes menos atractivo.
  6. Llega la depresión a tu vida. Un estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine detalla que no hacer ejercicio incrementa las posibilidades de sufrir depresión.
  7. Enfermedades crónicas. El Departamento de Salud de Estados Unidos revela que la falta de ejercicio fomenta el desarrollo de enfermedades crónica degenerativas como cardiopatías, diabetes y cáncer.
Para evitar todos estos efectos de no hacer ejercicio, los especialistas recomiendan realizar una actividad física tres días a la semana durante 30 o 60 minutos al día, así como combinar una dieta balanceada e hidratación.

No es necesario que empieces con algo demasiado difícil, camina, corre o practica yoga lentamente para empezar a acostumbrar a tu cuerpo al movimiento, así como para estirar tus músculos. Y tú, ¿haces ejercicio o prefieres el sedentarismo?

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Fuente:http://www.salud180.com/nutricion-y-ejercicio/7-cosas-deprimentes-que-pasan-en-tu-cuerpo-si-no-te-ejercitas

lunes, 3 de abril de 2017

Siete desagradables errores de higiene personal que cometemos a diario

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Quizás no sabías que al tirar de la cadena los gérmenes fecales se desplazan casi dos metros. ¿Está el cepillo de dientes suficientemente lejos?

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En las sociedades contemporáneas aprendemos desde pequeños una serie de hábitos de higiene personal que cumplimos a rajatabla el resto de nuestra vida. Nos lavamos las manos antes de cocinar y después de ir al baño, nos cepillamos los dientes antes de acostarnos y tenemos como (buena) costumbre tirar de la cadena. Pero no siempre fue así.
La higiene personal sólo empezó a preocuparnos en la segunda mitad del siglo XIX y su promoción por parte de las autoridades fue toda una revolución. La humanidad –o más bien, Luis Pasteur, que estudió el origen de las enfermedades infecciosas– descubrió que las malas condiciones de higiene, que empezaron a ser preocupantes a medida que crecían las ciudades, eran culpables de gran parte de las enfermedades, que podían evitarse con el sencillo hábito de lavarse las manos.
Desde entonces, la higiene ha pasado de ser un capricho a ser una obsesión. Cada vez nuestro aseo es más insistente, pero como dice un refrán que parecemos haber olvidado: “no es más limpio el que mucho se lava sino el que poco se ensucia”. En ocasiones el exceso de limpieza puede ser contraproducente para la higiene en conjunto, otras veces, sencillamente, nos olvidamos de ciertas cuestiones: nos lavamos las manos diez veces al día pero nos importa poco lo que se esconde en nuestro oído o nuestro ombligo.
Estas son siete costumbres bastante extendidas que ponen en peligro nuestra salud a diario y que solemos pasar por alto.

1. Lavar la ropa en frío y tender en el interior

No hace tanto tiempo era costumbre generalizada hacer coladas distintas con la ropa blanca y de color para que, al lavar con agua caliente, no se mezclaran los colores. De un tiempo a esta parte, en cada vez más casas (por falta de tiempo o porque descuidamos más el cuidado del hogar), es habitual mezclar todo tipo de prendas: algo que solo puede hacerse sin miedo a arruinar nuestra ropa utilizando agua fría.
Cada vez menos gente utiliza programas de lavadora de más de 60 grados centígrados, la única temperatura a partir de la cual la ropa quede libre de gérmenes. En cada calzoncillo o cada braga hay, como poco, una décima de gramo de heces. Según explicó Charles Gerba, profesor de microbiología de la universidad de Arizona, a ABC News, “si pones una lavadora sólo de ropa interior se liberarán 100 millones de E.coli en el agua, y estas pueden trasmitirse a la próxima colada”. Da igual el detergente que utilicemos: este tipo de bacterias sólo se eliminan si se utiliza agua caliente y tendemos la ropa al sol, algo en lo que, de nuevo, solemos fallar.
Pero lo peor de lo peor, el error definitivo que puede acabar con toda nuestra ropa, es dejar la colada en la lavadora sin tender durante todo un día: la humedad hace que las bacterias se multipliquen, la ropa se pudra y su olor (tan característico de los pisos de estudiantes) se extienda toda la casa. El horror.

2. Acumular cacharros en la pila de la cocina

Todos sabemos que no es muy limpio dejar los platos sin lavar en la pila, pero es un descuido que solemos tolerar cuando nos puede la pereza. Lo que no sabemos es que la pila de la cocina puede llegar a acumular 500.000 bacterias por metro cuadrado y, si somos de acumular vajilla, convertiremos el fregadero en el lugar más sucio de nuestra casa, por encima del váter. Aunque la mayoría de la gente toma medidas para desinfectar sus inodoros, pocos tienen las mismas preocupaciones por su fregadero, en el que suelen acumularse todo tipo de bacterias como la E.Coli o la Salmonella.
Pila sucia. (Corbis)

3. Abusar del jabón

Los dermatólogos coinciden al señalar que no debemos abusar del uso del jabón sobre nuestra piel. En España, sobre todo en verano, hay muchas personas que se duchan, incluso, más de una vez al día, algo que puede acabar siendo dañino. El jabón es, por definición, un disolvente de la grasa y, si lo utilizamos con demasiada frecuencia, nuestra piel perderá el manto graso que la protege.
Mención aparte merece la utilización del jabón antibacteriano, que se popularizó enormemente tras la propagación mundial de la gripe aviar entre 2004 y 2006. Este tipo de jabones, muy habituales en forma de gel para manos, suelen incluir triclosán, un potente agente antibacteriano y fungicida sobre el que pesan serias dudas sanitarias desde que se demostrara su carácter de disruptor endocrino en animales. 

4. No bajar la tapa del inodoro cuando tiras de la cadena

Dejar abierta la tapa del váter es otro descuido habitual (y enormemente tolerado) en hogares y aseos públicos. Y el asunto es preocupante teniendo en cuenta que, cuando tiramos de la cadena, los gérmenes fecales se reparten por la estancia como si rociáramos un aerosol de heces por el baño. Y sí, las bacterías llegan hasta nuestros cepillos de dientes, tal como comprobaron los populares cazadores de mitos, Jamie Hyneman y Adam Savage, en uno de sus programas de televisión. 
Según explicó a The Atlantic Charles Gerba, uno de los mayores expertos del mundo en lo que a brechas higiénicas se refiere, si la tapa del inodoro está abierta cuando tiramos de la cadena los gérmenes fecales se desplazan casi dos metros a todas las direcciones, así que es mejor que coloquemos nuestros cepillos algo más lejos.

5. Confiar en los secadores de manos

Por suerte la popularización de los secadores de manos se ha limitado a gasolineras, restaurantes y bares de copas. Sus ventajas son claras: evitan la acumulación de toallitas de papel en las papeleras. Pero sus inconvenientes ganan por goleada: gastan electricidad, secan peor y, lo que es más importante, son menos higiénicas. Según un estudio de la Universidad de Westminter, las tradicionales toallas de papel son mucho más eficaces, ya que secan nuestras manos mucho más rápido y evitan la acumulación de bacterias: los secamanos de aire de alta velocidad incrementan su presencia en un 42% y los de aire caliente en un 254%. Además, el chorro de aire puede llevar las bacterias hasta a 2 metros del lugar donde se encuentra el aparato esparciéndolas por todo el cuarto de baño. Al margen de esto, son pocos los que secan sus manos eficazmente con estos aparatos. No nos engañemos: hasta el santo Job se aburriría secando sus manos en los dichosos aparatos, que abandonamos siempre con las manos húmedas hartos de su calamitosa ineficiencia.
Secador de manos. (Daniel Lobo)

6. “Rescatar” la comida que se cae al suelo

Cuando se nos cae algo de comida al suelo, a no ser que la vianda en cuestión sea muy pringosa, muchos tenemos la tentación de soplar un poco y llevárnoslo de nuevo a la boca. Parece que si rescatamos la comida del suelo a toda velocidad los gérmenes no harán mella pero, según un estudio de la Universidad Clemson, el 99% de las bacterias se trasmiten a la comida inmediatamente en cuanto esta toca el suelo. Patógenos como la salmonella tienen capacidad de sobrevivir en superficies secas hasta cuatro semanas y de transferirse a los alimentos con el contacto inmediato.

7. No tratar debidamente las lentillas

El uso prolongado de las lentes de contacto requiere unas pautas de limpieza que muchos descuidan. Si las lentillas no se desinfectan se puede llegar a sufrir una queratitis bacteriana, infección de la córnea que suele incrementarse en los meses de verano, cuando nos bañamos con las lentes puestas en piscinas tratadas con cloro y productos químicos.
Si se quiere evitar la formación de hongos y bacterias en la superficie de las lentillas estas deben limpiarse, aclararse y desinfectarse debidamente. Para ello debemos lavarnos las manos antes de manipularlas, usar líquido limpiador (nunca agua corriente) y renovar este en cada uso, un paso que muchos se saltan y que puede acabar haciendo que el estuche donde se guarden las lentillas se contamine. 

Fuente:http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-11-15/siete-desagradables-errores-de-higiene-personal-que-cometemos-a-diario_53408/

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